Oscura y sin embargo luminosa
Un fantasma – Charles Baudelaire
Las tinieblas
En las simas de la insondable tristeza
en donde ya me relegó el destino
en donde nunca penetra un rayo rosado y alegre;
en donde sólo me acompaña la noche, huraño huésped,
parezco un pintor a quién un Dios burlón
condena a pintar en lienzo de tinieblas;
aquí, y cual cocinero de fúnebre apetito
mi corazón hiervo y me lo como,
y un espectro de gracia y de esplendor
a ratos brilla, se alarga y disemina,
Por su soñadora silueta oriental,
cuando su tamaño completo alcanza,
a mi bella visitante reconozco:
¡Ella!, oscura y sin embargo luminosa.
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