Los secretos del Sablón

Los secretos del Sablón

Soy parte de tu alma

abrazos de tu esencia

la brisa de tus nostalgias

pinceladas de tu existencia

 

¿Pensáis que la playa del Sablón es una «simple» playa urbana y que no tiene lugares para ser inmortalizados en una fotografía?

La playa del Sablón, en pleno casco histórico de la Villa de Llanes, tiene multitud de rincones mágicos escondidos, que solo aparecen cuando se pronuncian las palabras adecuadas al borde del agua que baña su cuerpo. En ese momento, la playa se transforma en un paisaje de ensueño. Estaréis pensando, ¿cuáles son esas palabras?… No lo puedo decir, solo me vienen a la mente cuando el agua del cantábrico acaricia mis pies descalzos, misterioso instante en el que pronuncio las palabras mágicas y el nuevo escenario se presenta delante de mis ojos, tengo el tiempo justo para coger la cámara y disparar ya que el portal que se ha abierto dura unos pocos segundos, aunque suficientes para mi, la belleza descubierta tiene una intensidad tan fuerte que las emociones que recorren mi cuerpo en cinco segundos se asemejan a cinco días.

A veces me enfado por no tener acceso perenne a estas maravillas, pero por mucho que lo intento soy incapaz de recordar… Creo que al ser tan profundo el momento vivido, las emociones me nublan las palabras, como si un poder sobrenatural que emana de la playa se las llevara de mi cabeza bajo su delicado manto de seda, con el fin de poder disfrutar de ella en cortos espacios de tiempo, golpe de emoción a golpe de sentimiento, versos de Machado a versos de sus afortunados y leales amigos.

A la luz del alba, mírame

y contempla mi cuerpo enrojecido

con las sombras del invierno, mírame

cuando la villa me regale sus silencios

al pasar el ocaso, mírame

jugar al escondite con las estrellas

en mitad del estío, te lo ruego, mírame

ya que nunca estoy tan sola

Al menos, los momentos que en ella disfruto si permanecen en mi mente, jamas se borran, la tinta con la que recorren mi cuerpo es indeleble. Recuerdo especialmente un día que estaba contemplando un espectacular amanecer de otoño desde el puerto, con todos mis sentidos puestos en la salida del sol.

En ese instante el Sablón, quizá con envidia de la bella luz del alba, quizá celosa por la poca atención que le prestaba cuando solo tenía que girar la cabeza para mirarla, se sirvió de la ayuda de una pareja de colirrojos que anidan en sus faldas y consiguió que pasaran delante de mis ojos, pensaba yo que cantando felices porque volvían a ver el sol… pero su cántico escondía un hechizo, ese cántico hizo que volviera a pronunciar unas palabras que no recuerdo, pero que sirvieron para que siguiera a los colirrojos con la mirada y me girará hacia la playa donde se posaron, no me podía creer lo que estaba viendo.

Me has visto crecer, siempre ha existido una conexión especial entre nosotros, a la espera de volver a verte dentro de poco, y con la ilusión de poder vivir momentos parecidos, me despido de ti deseándote que pases un buen otoño. Sigue guardando tus secretos bajo llave, esa llave de la que muy pocos tenemos copia.

Soy parte de tu alma

abrazos de tu esencia

la brisa de tus nostalgias

pinceladas de tu existencia