Playa del Canal – Villanueva de Pría
A veces, imagino que este precioso cañon rodeado por acantilados karsticos, es la única zona de la costa accesible desde la mar, ya que kilómetros y kilómetros de costa tanto al este como al oeste están protegidos por acantilados inabordables hasta para los vikingos más intrépidos… La única forma de contacto con tierra es a través de este canal. Si nuestros antepasados tuvieron que defenderse de Ragnar Lodbrok y de otros legendarios reyes vikingos, usaron esta zona como los espartanos el desfiladero de las Termópilas, y como aquí no había ningún traidor a lo Efialtes, consiguieron mantener intacta nuestra tierra.
Otras veces, para ponerlo más difícil, cambio los alrededores. Dejo unos pocos kilómetros de acantilados e imagino que al alejarse, y solo en la mar, está el vacío cósmico, no hay nada… Tampoco es tan difícil de imaginar ya que la vía lactea, nuestra casa en el espacio más absoluto, parece ser que realmente está bordeando un enorme vacío cósmico. Quizá alguno de los últimos filamentos del planeta tierra que se encuentra curiosamente en Villanueva de Pría toca ese vacio.
Sigo imaginando, esa roca con forma de animal mitológico en mitad del cañón… ¿puede ser otra defensa?, quizá sea el centro de gravedad de la costa cuando alguien pretende perturbar su equilibrio. Todos los días, desde hace muchísimos años, la roca soporta las embestidas de los mares, y sigue ahí, imperturbable. Un material bombardeado constantemente con atomos de hidrógeno y oxígeno, e incorporando sigilosamente a su estructura: calcio, carbono, magnesio y todos y cada uno de los elementos presentes en nuestro planeta, si bien de forma ínfima, también terriblemente constante… El sol, que calienta las paredes del cañón dependiendo de la órbita terrestre, ayuda junto a todo lo anterior a generar diferencias de potencial en la roca que provocan un extraño campo electromagnetico que actúa como repelente frente a toda maldad.
Hablaba antes de un animal mitológico, pues quizá todo lo anterior sea erróneo (raro pero posible) y la verdad es que dentro de esa roca, cuando alguien de moral laxa quiere, quiso o querrá llegar al Concejo de Llanes con viles intenciones, el mito engendrado se activa. ¿Quién es nuestro protector? El temible Hipocampo, híbrido mitad pez mitad caballo, ser tranquilo y pacífico menos cuando las circunstancias así lo determinan, convirtiéndose en ese momento en una perfecta máquina de destrucción, su formidable velocidad impide que nadie pueda escapar de sus garras y termine aplastado por su poderosa mandibula. En ciertos momentos, hasta la mar le tiene miedo.
Mi último pensamiento tiende hacia la gama cromática del amanecer y su influencia en las mentes de los humanos. ¿No será posible que Lorne Malvo o Norman Bates (no pongo a Darth Vader ya que no puedo incluirle como malo en ninguna circunstancia), lleguen a este sitio en el crespúsculo astronómico, se sienten en una toalla teñida de sangre que traen consigo después de cometer su enésimo crimen, y al llegar la hora dorada y ver semejante espectáculo cambien totalmente su maldad y se transformen en Winnie The Pooh? Puede… pero cuando el sol sube la maldad vuelve, y a esa toalla le queda más sangre que secar, a no ser que el Hipocampo no les deje salir nunca de la playa…
La apariencia no es sincera*
Entras y rompes.
Invades, asustas.
Envuelves, creas.
Generas, piensas
que todo es por ti,
que tienes el poder,
que eres tu quien manda.
Subes, bajas.
Modelas, coloreas.
Ambientas, muerdes.
Arrastras y sueltas
lo que encuentras.
Tú amenaza es real,
pero nos engañas
con tu falsa protección.
Me despido hasta la próxima historia desde este fantástico lugar, desde este rincón de la costa verde donde la realidad y la ficción se unen y no sabemos donde acaba una y empieza la otra, y es que… «Ni un solo momento, vieja y hermosa playa, he dejado de ver tu arena llena de mariposas, ni tus rocas calizas gastadas por la luna, ni tus aguas de Apolo virginal, ni tu voz retumbando en el desfiladero de mi memoria»**
*El título es robado, pero es que no puede tener otro mejor.
**Adaptación «a mi manera» de unos versos de Federico García Lorca dedicados a Walt Whitman en su «Oda a Walt Whitman», de «Poeta en Nueva York».
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