En los alrededores de la ermita de San Martín, descubriendo y entendiendo el magnetismo de la costa llanisca.
Admiro a los frailes y ermitaños de la antigüedad que llegaron hasta la costa cantábrica, cerca de la playa de San Martín, y decidieron crear allí su lugar de culto, su espacio de recogimiento personal donde entrar en contacto con ellos mismos. Los imagino recorriendo una ingente cantidad de terreno antes de llegar a su emplazamiento deseado, ya que quizá en otros sitios se podía tener una tranquilidad que indujera a un reposo sosegado, que les llevara a alcanzar un estado superior de conexión con su parte interior… pero quizá aquellos lugares no tenían magia… esa magia que solo aportan zonas especiales y únicas, que al encontrarnos en ellas notamos una sensación diferente. En estos espacios no hay que intentar esconderse de los problemas mundanos ya que no tienen cabida, aquí los malos pensamientos son expulsados por los espíritus guardianes del lugar, que no van a permitir que éste se corrompa con obsesiones terrestres o problemas inherentes a la evolución humana.
Desgraciadamente quedan pocos de estos parajes hoy en día, pero cuando encuentras uno te das cuenta rápidamente, las ruinas de la ermita de San Martín frente al Castru del mismo nombre es uno de ellos. El magnetismo presente en este lugar es único y lo he podido comprobar.
Dice la NASA que en la tierra existen diversos puntos X o regiones de difusión de electrones, que son lugares donde el campo magnético de la tierra conecta con el campo magnético del sol, creando un camino ininterrumpido que llega desde la atmósfera terrestre hasta la atmósfera del astro rey, a ciento cincuenta millones de kilómetros de distancia… ¡Aha! Así que realmente hay portales ocultos y podemos encontrarlos, o quizá debido a su influencia magnética, son ellos los que dan con nosotros atrayéndonos misteriosamente, ya desde el principio de los tiempos.
Aunque dichos portales, que se abren y cierran varias veces al día, se localizan a miles de kilómetros de la tierra donde el campo geomagnético se topa con el viento solar, creo, saliéndome de la teoría de la NASA, que no hace falta irse tan lejos, y que la fuerza ejercida por las mareas de la costa verde, junto a la influencia del perfil de ésta junto a los castros, islotes y formaciones rocosas, crean portales temporales en la mismísima tierra, en particular en los alrededores de nuestra ermita de San Martín.
Claro que resulta curioso indagar más en el tema, así que yendo más lejos y en un experimento de ingeniería, después de realizar mil y un cálculos sobre la fuerza de las mareas vivas, sobre como afecta ésta a los átomos de la roca caliza y mezclando con la ciencia la parte en que la ermita ejerce un magnetismo espiritual en dos kilómetros a su alrededor… Pude encontrar tres regiones de difusión donde realmente existen portales a otras zonas del universo, las siguientes fotografías pretenden ayudarnos a soñar un poco para entender mejor el fenómeno.
El cosmos pone a disposición de todos una energía inagotable, lo único que debemos hacer es saber captarla.
Todas las imágenes están protegidas por Copyright © Rodrigo Núñez Buj
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